Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. 2 Juan 1:9.
Amaba de una forma extraña. Sin amor. Lo que llamaba amor era hueco; campana sin sonido; melodía sin música. “Amo a Jesús”, decía, “pero no me gusta la doctrina”.
La palabra “doctrina”, en el original griego, es didaké; significa enseñanza. La enseñanza divina es el camino; sin camino, estás perdido. Jesús enseñó, en cierta oportunidad: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”.
No existe separación entre Jesús y su doctrina. Él es la doctrina; él es el camino hacia el Padre. Es por eso que la persona que se extravía de la doctrina “no tiene a Dios”.
Tú eres lo más precioso que Jesús tiene en este mundo. Lo que él más anhela es verte feliz; por eso te muestra el camino. El camino es su doctrina.
No inicies este nuevo día sin proponerte andar en el camino que te llevará al puerto de tus sueños. “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo”.
Jesus esta contigo!!!
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