Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas. Santiago 1:2
Cuando el enemigo coloca pruebas en tu camino, su objetivo es separarte de Dios; hacerte creer que es el Señor quien te envía el dolor. Si en ese momento te vuelves en contra de Dios, el enemigo ha logrado su objetivo. Pero, si en el instante de la prueba te vuelves hacia Dios, entiendes que el dolor puede constituir un instrumento de edificación.
Todo depende de la perspectiva de la realidad. El presente estado de cosas no es el fin; no juzgues las actitudes divinas cuando el trabajo aún no ha sido terminado. Si tu visión del mundo es materialista, las pruebas son motivo de tristeza. Si es espiritual, serán motivo de agradecimiento y de gozo. Es en el fuego que el oro se refina. ¡Y tú eres oro!
Por eso hoy, a despecho de lo que puedas estar viviendo, levanta las manos al cielo y agradece. Después, parte confiado para enfrentar las dificultades de la vida. Porque, “hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”.
Jesus esta contigo!!!
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